martes, 1 de julio de 2014

¿Qué fuente de financiación es la adecuada para mi empresa?

Por Emprende con Talento (@EmprendeTalento)

El libro ‘Financiación del proceso emprendedor’, recién publicado por la editorial Pirámide, pone a disposición de los futuros empresarios una guía completa con los mecanismos de financiación a los que deben acudir (al margen de la financiación bancaria) en función del sector al que pertenezca su empresa.

Pero como no sólo existe carencia de financiación en la fase de creación y lanzamiento del proyecto emprendedor, los autores nos explican también a qué fuentes debemos acudir en las primeras fases de consolidación y crecimiento.

La financiación de las nuevas ideas empresariales se sustenta sobre todo gracias a los fondos que aportan los propios emprendedores, sus familias y sus amigos, según pone de manifiesto el libro 'Financiación del proceso emprendedor', publicado hace dos semanas por los catedráticos de Económicas de la UPV-EHU Jon Hoyos Iruarrizaga y Ana Blanco Mendialdua.

El estudio realiza una radiografía de las fuentes de financiación a las que pueden acceder los emprendedores en las diferentes fases de vida de las nuevas empresas. Así, se constata que en los tres primeros años de vida “el tejido empresarial español está sustentado, en un 52,4%, por los propios promotores, sus familias y sus amigos”, por lo que los otros mecanismos financieros no están llegando a estos proyectos.

En el libro se deja patente que para este tipo de proyectos empresariales la financiación bancaria no es la más adecuada, con excepción de programas específicos que empiezan a surgir en forma de 'microcréditos'.

Según los autores, mientras que existen innumerables publicaciones sobre cómo montar una empresa en poco tiempo, así como muchos cursos y programas de asesoramiento para crear un negocio, existe una carencia enorme a la hora de formar a los emprendedores en la búsqueda de financiación, lo que provoca que muchos de ellos desistan de sus proyectos al no saber cuál es la ventanilla adecuada a la que deben acudir.

En el estudio se detallan los mecanismos de financiación externa que existen al margen de la financiación bancaria (Venture Capital, Business Angels, el nuevo Crowdfunding, Capital Riesgo, Préstamos Participativos, etc), se identifica a las organizaciones que actúan en cada uno de esos ámbitos de financiación, y se explica a cuáles debe acudir el emprendedor en función de si su empresa es de autoempleo, de un sector tradicional o de los nuevos sectores tecnológicos.

Sobre los programas públicos de apoyo a emprendedores (asesoramiento, incubadoras empresariales, subvenciones, créditos, etc.) el libro asegura que se da una gran proliferación de programas -a los que se suman los que promueven otras organizaciones empresariales- pero que por ser muchos y muy dispersos, carecen de verdadera efectividad. Lo que se necesita, explica el estudio, es una verdadera coordinación entre programas y organismos.

Entre las figuras financieras que más pueden respaldar a los emprendedores en sus fases iniciales, Jon Hoyos y Ana Blanco identifican a los Venture Capital (capital riesgo semilla), los Business Angels y los nuevos mecanismos de microfinanciación en masa (Crouwdfunding).

Recientemente, desde las grandes corporaciones empresariales han empezado a desarrollarse programas de fomento de emprendedores tecnológicos (Repsol, Telefónica, etc), a través de concursos, programas de incubación, préstamos, etc., que para los autores del estudio amplían las posibilidades.

Pero no sólo en la fase de creación y lanzamiento del proyecto emprendedor existe carencia de financiación, sino también en sus primeras fases de consolidación y crecimiento. Así, constatan que cuando una empresa ha conseguido salir, tiene clientes, facturación y empieza a generar recursos (cash flow positivo), aunque aún sin salir de las pérdidas, se produce una nueva brecha de financiación (Equity Gap).

En España esta brecha se produce con necesidades financieras de entre medio millón y dos millones de euros, de forma que las empresas que no logran captar esas cantidades se quedan ralentizadas y sin posibilidades de convertirse en proyectos escalables (de alto crecimiento).

Finalmente, para las empresas que consiguen consolidarse pero que tienen que dar el siguiente paso para crecer, los mecanismos de financiación a los que se puede acudir son las entidades de Capital Riesgo y la cotización en el Mercado Alternativo Bursátil.

Fuente: El Economista

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